Infertilidad – Esterilidad

Alrededor del 15 % de las parejas tienen dificultades para el logro del embarazo. Se define como esterilidad o infertilidad, la imposibilidad de obtener el embarazo luego de un año de búsqueda del mismo. La razón de aguardar un año para iniciar los estudios se debe a que la reproducción humana es sumamente ineficaz. La tasa de embarazo (fertilidad) por mes de una pareja sin problemas de esterilidad es de alrededor de un 7 %, y a los 12 meses este porcentaje ya supera el 70 %.

Debido a que las estadísticas son útiles en poblaciones y no en casos individuales, toda pareja que no logra un embarazo en los primeros meses de búsqueda, comienza a plantearse la existencia de un problema. Lo primero que debe realizar el médico es explicar a esta pareja que lo habitual es que el embarazo no se produzca rápidamente y que lo más probable es que al cabo de un corto tiempo ellos vuelvan embarazados. La excepción a esta postura, es cuando alguno de los integrantes de la pareja tiene algún antecedente que pueda haber dejado alguna secuela que dificulte el embarazo o cuando la mujer es mayor de 38 años, en cuyo caso se recomienda iniciar los estudios básicos inmediatamente.

Siempre se debe considerar que la infertilidad es un problema de la pareja, y debe ser estudiada y evaluada respetando la integridad de la misma. La dificultad para procrear es una instancia muy frustrante para el ser humano, además del enorme deseo de casi todas las parejas de tener un hijo, se agregan una serie de presiones sociales y familiares que hacen que la pareja infértil se encuentre bajo constante presión. Lo primero que deben hacer es consultar a un especialista en reproducción, ya que muchas veces se realizan estudios y/o tratamientos innecesarios que postergan e inclusive a veces evitan el logro del embarazo.

En la actualidad en uno o dos meses se debe llegar a conocer la causa de la infertilidad y al conocer la etiología se puede plantear un plan de tratamiento para lograr el embarazo lo más rápido posible. Los estudios son relativamente simples y consisten en averiguar:

1) Si el hombre tiene un semen de características normales a través de la realización de un espermograma.

2) Si luego de la relación sexual hay una llegada normal de espermatozoides al útero.

3) Si la mujer ovula normalmente a través de análisis de hormonas y realización de ecografías transvaginales.

4) Si el útero y las trompas de falopio son normales, lo cual se constata a través de una radiografía llamada histerosalpingografía.

 En el caso de no encontrar la etiología, se debe realizar un estudio más complejo denominado laparoscopía, que consiste en la observación de los órganos pélvicos a través de un instrumento óptico.

Dr. Gabriel Fiszbajn

Médico especialista en reproducción humana

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